El protector bucal es un elemento de gran importancia para quienes practican artes marciales de contacto, como el kick boxing, ya que tiene como función principal proteger la boca de posibles impactos. Sin embargo, para que pueda cumplir con su propósito cada vez que se utiliza, es necesario llevar a cabo un cierto mantenimiento y cuidado. Si te estás iniciando en alguna de estas disciplinas y tienes dudas al respecto, ¡aquí van todas las respuestas!
Consejos para cuidar el protector bucal
Escoge el protector bucal adecuado
En primer lugar, para que se mantenga en buen estado y cumpla con su función, es necesario escoger un protector bucal que se adapte bien a la boca. Hoy en día, existen diferentes tipos, como los prefabricados, los semiadaptables o los que se realizan a medida. Estos últimos son los que mejor se adaptan a la boca y, por tanto, también los que mejor cumplirán con su función. Si es muy pequeño, te apretará, y si es demasiado grande, correrás el riesgo de que se te salga.
Limpieza después de cada uso
Una vez que empieces a usarlo regularmente en tus entrenamientos, tendrás que coger el hábito de lavarlo después de cada uso. De este modo, eliminarás todos los restos de saliva y los posibles gérmenes que haya. Para la limpieza, necesitarás agua tibia, y no caliente, y un poco de jabón. También se puede cepillar con un cepillo de dientes suave e incluso usar enjuagues bucales que no sean muy fuertes.
Guárdalo en una caja
Para evitar que se acumule el polvo y bacterias, te recomendamos meter tu protector bucal en una caja o en un estuche. Así, cada vez que lo vayas a coger, estará listo para su uso. Lo que debes tener en cuenta es que haya buena ventilación en el envase, que escojas, para que no se acumule la humedad, que podría dar lugar a hongos. También hay que evitar la exposición al sol. Y si tienes animales en casa, procuro dejarlo en alto o guardarlo en un cajón, ya que pueden resultar muy tentadores, sobre todo para los perros.
Evita morderlo intencionalmente
Durante la práctica, debido al esfuerzo o a la propia concentración, puede suceder que se muerde el protector bucal, con el objetivo, muchas veces inconsciente, de evitar que se mueva de su sitio. Si esta práctica se mantiene en el tiempo, el protector se va dañando y pierde su capacidad para absorber los impactos, hasta el punto de perder por completo su eficacia. Una vez que se coloca, si el tamaño es el adecuado, no debería moverse, y de ser así, habrá que ajustarlo con los dedos o verificar que realmente es el correcto para nosotros.
Cámbialo cada cierto tiempo
Es probable que una vez que te acostumbres a llevarlo, te olvides de que no dura para siempre. Si bien acabarás notando que ya no protege como antes, es preferible evitar que esto suceda a consecuencia de un impacto. Para ello, revísalo cada seis meses. Desde que empiece a deteriorarse, es preferible adquirir uno nuevo.
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