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Las artes marciales son deportes dinámicos y, por tanto, exigentes, ya que implican fuerza, técnica y agilidad. Para poder practicarlo con seguridad, hoy te contamos cómo evitar lesiones en el judo

¿Cuáles son las lesiones más comunes en el judo?

Si hace poco has empezado a practicar esta disciplina o ya llevas algo más de tiempo, pero estás comenzando a familiarizarte en mayor profundidad, te interesa saber qué debes tener en cuenta a la hora de entrenar. 

Cada deporte, por los movimientos que realiza o su nivel de intensidad, tiene sus riesgos particulares. Por eso, vamos a ver a continuación cuáles son las zonas más sensibles para evitar lesiones en el judo

– Esguinces y distensiones. Son las lesiones más frecuentes, sobre todo en tobillos, rodillas y hombros. Se producen al realizar movimientos bruscos, un giro incorrecto o por un desequilibrio en la técnica. 

– Lesiones en los dedos. En el judo se utilizan los agarres del judogi de la persona oponente. Al ser un material grueso, es habitual también que se produzcan torceduras o dislocaciones en los dedos.

– Luxaciones de hombro Aunque es menos habitual, una caída mal hecha o una proyección agresiva pueden derivar en una luxación o subluxación del hombro. Es decir, que se salga de su posición.

– Contusiones y hematomas. El contacto directo con el tatami o con oponentes también suele causar golpes con bastante regularidad. Su importancia es menor. 

– Lesiones cervicales y de columna. Se suelen producir por malas caídas, sobreesfuerzo o una postura incorrecta durante los combates.

Cómo evitar lesiones en el judo

Por suerte, es posible evitar lesiones en el judo y poder realizar prácticas que sean más seguras. Pero igual que con los entrenamientos, es necesario tomar consciencia de los movimientos que se realizan y ser constantes a la hora de implementar cambios o medidas de protección. Estos son algunos consejos útiles para evitarlas: 

Haz una preparación física previa

La preparación para evitar lesiones en el judo comienza con un calentamiento. Debe ser de al menos cinco minutos e incluirá ejercicios de movilidad, estiramientos dinámicos y actividades cardiovasculares suaves. Fuera de los entrenamientos, también es importante realizar ejercicios para fortalecer la musculatura de las zonas más delicadas. Como hombros, rodillas y espalda. 

Mejora la técnica

Esto se produce con el paso del tiempo. No obstante, si se realizan movimientos o caídas incorrectos, cuanto antes se corrijan, mejor. Por ejemplo, es fundamental saber caer, el ukemi, ya que reduce el impacto y protege al cuerpo en las proyecciones. Los agarres también tienen su propia técnica, para evitar sobrecargar los dedos.

Utiliza el equipo adecuado

El judogi debe ser de la talla correcta y de calidad, para que facilite los movimientos. En cuanto al espacio, el tatami deberá estar limpio y en buenas condiciones. 

Escucha a tu cuerpo

En musculación, se suele decir que sin dolor, no hay mejora. Sin embargo, no se aplica en este tipo de entrenamientos. Si algún movimiento nos causa dolor, debemos parar y consultar con un médico. También hay que descansar lo suficiente entre las sesiones. 

Entrena con personas cualificadas

Si bien lo habitual es acudir a algún centro, asegúrate de que quienes dan las clases cuentan con las cualificaciones pertinentes. Además de aprender correctamente, será una garantía de seguridad. Otro aspecto relevante es que se debe practicar con quienes tienen un nivel similar. De lo contrario, puede haber desajustes de fuerza o técnica que deriven en accidentes. 

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