La defensa personal consiste en desarrollar habilidades que nos ayuden a protegernos ante una agresión inminente. En ellas, no se depende únicamente de la fuerza, sino que cobran protagonismo la velocidad, la agilidad en los movimientos y la capacidad para anticiparse a las acciones del agresor. Si quieres aprender a defenderte, hoy te traemos algunas de las técnicas más utilizadas.
Técnicas de defensa personal que te ayudarán
Una de las principales ventajas de la defensa personal es que puede ponerse en práctica con independencia de la altura, la edad o la fuerza física. Además, también son útiles sean cuales sean las características del oponente, ya que se trabajan movimientos que responden a las formas de agarre más comunes y que tocan los puntos sensibles del cuerpo humano.
Por estos motivos, la defensa personal es una de las principales apuestas por aquellas mujeres que desean conocer cómo protegerse ante posibles situaciones de violencia física o sexual, dado que son ellas las víctimas de dichas agresiones.
Si quieres una visión más práctica de cómo funciona, a continuación te dejamos algunos de los movimientos o técnicas más comunes.
Posición de guardia
La posición de guardia es la que se emplea como inicio en numerosas artes marciales y consiste en flexionar ligeramente las rodillas con las piernas abiertas y bajar las caderas. El cuerpo debe estar de lado, de manera que un pie que más adelantado que el otro. En cuanto a los brazos, habrá que colocar las manos cerca de la cara para proteger el rostro y los codos pegados a las costillas. Su objetivo es centrar el eje de gravedad para que resulte más difícil que nos empujen o que tiren de alguna extremidad, así como bloquear los golpes.
Agarre frontal
Existen múltiples variantes en función del arte marcial que se conozca o de cómo nos sujete el agresor. Si nos sujetan por los hombros o incluso por el cuello, podemos levantar un brazo flexionado y pasar un codo por encima de sus brazos, mientras hacemos fuerza hacia abajo. Al inclinarse, soltará las manos y podremos golpear con el mismo codo en la cara. Otras opciones son presiona con los dedos en los ojos del agresor o hundir un dedo a un lado de la laringe.
Agarre por detrás o del pelo
Tener el pelo largo hace que aumente la vulnerabilidad ante las agresiones por la espalda. Si esto nos sucede, agarraremos la base de la coleta o del trozo de pelo del que tira el agresor para que no nos mueva. Trataremos de girar el torso para dar una patada en la rodilla o un golpe en los genitales. Si el agarre fuera frontal, lo más eficaz es la patada en los genitales.
Ataque en el suelo
Si nos encontramos tumbadas en el suelo, en defensa personal se hace uso de las piernas. Con un impulso, debemos con una pierna empujar al agresor por el cuello hacia un lado y con la otra estrangularle.
Flexión de dedos
Ante cualquier agarre, si no podemos soltarnos, tenemos la opción de centrarnos en los dedos de la mano del agresor. Habrá que sujetar uno o dos y llevarlos hacia atrás para luxarlos. Desde que reduzca la fuerza, intentaremos escapar o golpear en los genitales y correr.
Aprender defensa personal requiere entrenar con personas expertas en la materia y muchas horas de práctica. Si quieres hacerlo, ¡solicita ya tu clase de prueba con Warriors Barcelona!