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Aunque la mayoría de los cursos de defensa personal femenina se enfocan en habilidades para destruir rápida y eficientemente a un atacante, el entrenamiento de defensa personal también debe incluir métodos para evitar, de inicio, que una confrontación se vuelva física.

Técnicas de defensa personal femenina: lo simple puede resultar más eficiente

Hoy te hablamos de técnicas de defensa personal femenina muy simples por un motivo: en un asalto, tienden a aparecer el miedo y el pánico, junto con una descarga de adrenalina natural. A pesar de los efectos de esta última (seguro que has oído lo de las madres capaces de levantar camiones cuando ven a sus hijos bajo las ruedas), no siempre juega a nuestro favor.  Durante un ataque puedes experimentar visión de túnel, exclusión auditiva y pérdida de habilidades motoras. Ya hablamos de los beneficios de aprender a defenderte. Hoy nos centramos en estrategias comprobadas y técnicas simples para que tus posibilidades de salir indemne aumenten drásticamente

1. Confía en tu instinto

Si algo te escama, es probable que haya un motivo. Muchas mujeres han sido condicionadas para ignorar la vocecita que les dice que se avecinan problemas. Tu instinto es el mejor detector de peligro. La próxima vez que escuches esa vocecita, hazle caso.

2. Evita convertirte en un objetivo

Cuando tengas la oportunidad de escapar de una situación antes de que se vuelva peligrosa, hazlo.

Si una persona que se acerca te da escalofríos, cruza la calle. Si se abre la puerta de un ascensor y el tipo que está dentro hace que se te erice el vello de la nuca, espera al siguiente. Esas acciones no son cobardes; más bien, son una forma inteligente de eliminar el peligro.

3. Muestra confianza en ti misma

Al igual que los animales, los depredadores humanos se dirigen a los que consideran más débiles o vulnerables. Los atacantes buscan mujeres que parezcan asustadas, confundidas o distraídas. Buscan mujeres que caminen con la cabeza gacha y las manos metidas en los bolsillos, o tal vez sobrecargadas de paquetes o distraídas por los niños. El hecho es que no buscan pelea, sino una victoria fácil. Disuádeles con tu actitud.

4. Establece límites verbales

Cuando un depredador te provoca en una conversación, en realidad te está «entrevistando» para ver si eres una buena víctima. Un atacante experimentado tiene práctica en usar sus palabras para congelarte de miedo, reduciendo así la posibilidad de que intentes defenderte.

Aunque una confrontación verbal agresiva puede ser aterradora, debes ser lo suficientemente fuerte como para demostrarle al atacante que eligió a la víctima equivocada. Si te mantienes erguida, calmada y respondes con confianza y asertividad, probablemente «suspendas» su entrevista. Buscará un objetivo más asequible.

5. Mantén una postura de no confrontación

Una de tus armas secretas es el elemento sorpresa. La mayoría de los depredadores confían en que no te defenderás y debes aprovechar ese prejuicio. Si adoptas una postura de artes marciales, comunicas al atacante que sabes cómo pelear y es probable que sea más agresivo.

En su lugar, adopta una postura relajada y confiada. Esto hará creer a tu atacante que serás sumisa y, cuando golpees, lo pillarás desprevenido.

Todos estos consejos te ayudarán a evitar que te veas envuelta en una pelea en muchas ocasiones. Para esos momentos en los que la pelea es inevitable, podemos ayudarte a estar preparada con la defensa personal femenina. Aprende a defenderte con nosotros