El karate infantil es un arte marcial cuya técnica va mucho más allá que aprender a dar patadas y puñetazos. Para la infancia, es además una herramienta que les ayuda a fortalecer la confianza en sí misma y a mejorar sus habilidades motoras de una forma divertida y disciplinada.
¿Cómo mejora el karate infantil la confianza en la infancia?
Uno de los beneficios más evidentes del karate infantil en la infancia es el desarrollo de la confianza personal. Durante las clases, no solo se aprenden técnicas de defensa, sino que se trata de interiorizar valores que refuerzan la autoestima y la seguridad en la propia persona.
En primer lugar, el progreso en el karate es gradual y se puede medir. Niños y niñas comienzan con movimientos básicos y, con el tiempo, van pasando a niveles más avanzados. Estos se diferencian por el color del cinturón. Con este sistema de logros, se refuerza la sensación de competencia y superación. Es decir, que ven que el esfuerzo y la constancia tienen sus frutos y consiguen alcanzar sus objetivos.
Por otra parte, el karate enseña a enfrentarse a los errores de manera constructiva. En cada entrenamiento, habrá fallos, y con ellos, correcciones para poder mejorar. De esta manera, niños y niñas aprenden a gestionar la frustración, porque comprenden que equivocarse forma parte del aprendizaje. En el futuro, podrán afrontar diferentes desafíos con menos miedo y más determinación.
Además, el karate infantil se practica en un ambiente estructurado. Gracias a ello, se aprende disciplina y autocontrol, que también les aportará seguridad a la hora de hacer frente a situaciones cotidianas. Y aunque la propia práctica del karate enfatiza siempre la no violencia, el hecho de saber que pueden defenderse si fuera necesario, les da tranquilidad y confianza en su capacidad para afrontar distintas circunstancias.
Habilidades motoras que se desarrollan con este arte marcial
En lo que respecta a las habilidades motoras, con el karate infantil se ejercita tanto la mente como el cuerpo. Para niños y niñas de corta edad, los movimientos precisos y repetitivos les ayudan a mejorar varias habilidades motoras esenciales. Son las siguientes:
- Coordinación. Los golpes y los bloqueos requieren que brazos y piernas se muevan de forma sincronizada. Con el tiempo, los niños desarrollan mayor control sobre sus movimientos y mejorarán en otras actividades físicas.
- Equilibrio. Muchas técnicas de karate implican mantener el cuerpo estable mientras se ejecuta una patada o un giro. Esta capacidad mejora la postura y evita caídas, sobre todo a cortas edades cuando se está perfeccionando el control corporal.
- Reflejos y velocidad de reacción. Los ejercicios de defensa y ataque requieren una respuesta rápida a los estímulos. Esta sirve tanto en el dojo como en los deportes o en la vida diaria. Reaccionar a tiempo puede prevenir accidentes.
- Fuerza y resistencia. En el karate infantil se desarrolla la resistencia física. Repetir movimientos, las posturas de fuerza y los ejercicios dinámicos fortalecen la musculatura y la resistencia cardiovascular.
- Flexibilidad. Los estiramientos y las técnicas de patadas exigen un rango de movimiento amplio. Con el tiempo, ganarán elasticidad, que ayuda a reducir el riesgo de lesiones y mejora la movilidad general.
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