Los menores necesitan límites para poder crecer y convertirse en adultos sanos. Pero también necesitan valores fundamentales. ¿Sabes que es posible aprenderlos con el karate para niños y niñas?
Valores a través del karate para niños y niñas
Aprender valores permite a los menores progresar en su desarrollo personal y social. El karate, más allá de ser un arte marcial, es una disciplina que promueve una serie de principios éticos y morales que pueden ayudar en la formación integral de los más pequeños.
Si bien asociamos estas prácticas con la violencia, lo que pretenden es aprender a defenderse. Pero a la vez, adquirir valores que permitan posponer los enfrentamientos hasta que no quede otra opción. Estos valores son, entre otros, el respeto, la perseverancia, la disciplina y la responsabilidad. A continuación, vamos a verlos en más detalle.
El respeto hacia uno mismo y los demás a través de las reglas
Uno de los principios más importantes que se enseñan en el karate para niños y niñas es el respeto. Ambos aprenden a mostrarlo hacia sus instructores, compañeros y compañeras y hacia sí, desde el saludo inicial como en la forma en que interactúan durante las clases.
Pero la vía más eficaz son las reglas claras que se deben seguir en el funcionamiento de esta disciplina. La estructura les enseña la importancia de adherirse a las normas, pero también a desarrollar una comprensión de la justicia y la equidad.
Perseverancia y superación personal para afrontar desafíos
El karate implica desafíos físicos y mentales. Cuando se practica, se aprende que la perseverancia es necesaria para la superación de estos obstáculos. La práctica constante y el esfuerzo les ayuda a alcanzar sus objetivos; una lección que se puede aplicar a otras facetas de la vida.
Como en el de personas adultas, el karate para niños y niñas implica ir obteniendo cinturones de diferentes colores que simbolizan el progreso. Se trata de una forma de reconocimiento que fomenta la motivación y el deseo de seguir mejorando.
La disciplina como herramienta de desarrollo
El karate requiere autocontrol y concentración. Aprender a controlar movimientos y emociones evita comportamientos impulsivos y agresivos. Esta habilidad se puede aplicar al día a día, para reducir el estrés y las frustraciones.
Además, practicar artes marciales con regularidad ayuda a establecer una rutina y un sentido de compromiso. Ir a clase y practicar, mejora las habilidades y propicia un sentido de la responsabilidad y la organización que se puede aplicar a los estudios.
Apoyo mutuo y liderazgo
En karate, cada estudiante es responsable de su propio progreso. Esta responsabilidad personal enseña autonomía y a tomar la iniciativa en el aprendizaje, pero también que las acciones tienen consecuencias. Al mismo tiempo, en las artes marciales se aprende como un equipo, por lo que se fomenta la ayuda mutua dentro de las clases y quienes tienen mayores conocimientos pueden hacer de mentores. Así también se aprende paciencia y empatía.
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