Enseñar defensa personal a menores es una tarea que requiere sensibilidad y atención a varios aspectos, desde la comunicación hasta la práctica de habilidades físicas. Aunque parezca que se trata únicamente de técnicas de autodefensa y de movimientos con el cuerpo, también se deben enseñar habilidades emocionales y cognitivas, que además de incrementar su seguridad y autoconfianza, les permitirán reconocer y evitar situaciones de peligro. En este artículo, te contamos los aspectos esenciales a tener en cuenta.
Factores a tener en cuenta al enseñar defensa personal a menores
La defensa personal nos expone ante una situación de la realidad que quizás no todo el mundo quiere aceptar. Y es la de que cualquier persona se puede ver envuelta en una agresión del tipo que sea. Por tanto, y aunque no se trata de enseñar que vivimos en una sociedad peligrosa en la que debamos vivir con miedo, sí hay que ser conscientes de los problemas reales y tener la capacidad de hacerles frente.
Comunicación clara
Por esta razón, en primer lugar se debe establecer una comunicación abierta y honesta con el niño o la niña. Hay que explicar de manera clara y comprensible por qué es importante aprender defensa personal, y hacer hincapié en la idea de que se trata de protegerse a sí mismo y de mantenerse seguro en situaciones potencialmente peligrosas.
Es importante abordar este tema de manera que el o la menor no sienta miedo o ansiedad, sino que comprenda la importancia de la preparación y de estar alerta. Además, el objetivo no es nunca la confrontación, y de suceder, poder defenderse para escapar lo antes posible.
Prevención
Además de la comunicación, es necesario enfatizar la prevención. Es decir, enseña al niño o la niña a reconocer situaciones que podrían volverse peligrosas y cómo pueden evitarlas. Aquí se puede incluir enseñarles a confiar en sus instintos, a no hablar con extraños o a buscar ayuda de personas adultas de confianza cuando lo necesiten. La prevención es una parte fundamental de la defensa personal, ya que muchas veces es mejor evitar una situación de riesgo que enfrentarse a ella directamente.
Habilidades físicas sencillas, pero eficaces
Cuando se trata de enseñar habilidades físicas, se debe comenzar con técnicas simples, pero efectivas, que sean adecuadas para la edad y la capacidad del o la menor. En primer lugar, deben aprender a mantener una postura segura, a hacer frente a situaciones de acoso verbal y a liberarse de agarres básicos. De nuevo, estas técnicas deben utilizarse como último recurso, ya que el objetivo principal siempre debe ser escapar de la situación de peligro y buscar ayuda de alguien adulto.
Control emocional
El miedo y la ansiedad pueden afectar negativamente a la capacidad de una persona para defenderse. Por eso, la defensa personal enseña a mantener la calma y a pensar con claridad en situaciones de estrés.
Respeto propio y hacia los demás
La defensa personal no se trata solo de aprender a protegernos, sino también de respetar los límites y la dignidad de los demás. Esto implica fomentar la empatía y la comprensión hacia sus sentimientos y enfatizar que el objetivo final es siempre resolver los conflictos de manera pacífica y respetuosa.
La defensa personal va mucho más allá que saber técnicas físicas para defenderse ante los demás. Si quieres enseñar a algún menor este tipo de disciplinas para que aprendan todo lo mencionado, ven
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