Si bien vivimos en un país que podría considerarse seguro en comparación con otros del mundo que se encuentran inmersos en conflictos de diversa índole, sigue existiendo la posibilidad de sufrir una agresión. Por eso, nunca está de más conocer técnicas y recursos que puedan sernos de utilidad para escapar del peligro y ponernos a salvo. La defensa personal es la metodología que enseña todas estas habilidades. ¿Conoces cómo puede ayudarte?
Defensa personal: en qué consiste
La defensa personal incluye diferentes metodologías que tienen como objetivo la protección de la integridad de una persona. Es decir, que si nos vemos agredidos por una persona, conoceremos técnicas y movimientos que nos permitirán liberarnos para poder salir corriendo.
Es importante comprender que la finalidad no es nunca un enfrentamiento, puesto que esto podría implicar un riesgo aún mayor. Por lo general, durante una agresión nos sentimos vulnerables y suele suceder que quienes cometen estos delitos escogen víctimas que están distraídas o en situación de no poder defenderse correctamente por múltiples motivos. Desde estar pendientes del móvil o de cualquier objeto que quita la atención del entorno hasta ser de menor tamaño.
Las clases de defensa personal se adaptan al perfil de persona. Por ejemplo, menor, adulto o cuerpos de seguridad. Durante estas, se aprenden técnicas de combate, autocontrol y claridad mental. Al disponer de pocos segundos para reaccionar, es importante saber centrarse en responder con rapidez.
Además, también existen diferentes tipos de defensa personal. Puede tratarse de defensa como tal, con clases que recrean diferentes formas de ataques y las técnicas para responder a ellos. Pero también de clases enfocadas a las artes marciales, como el kickboxing o el karate, así como tácticas, que buscan la neutralización rápida del agresor y que son las que aprenden militares y policías.
Beneficios de aprender defensa personal
Mejora de la autoconfianza e incremento de la seguridad personal
Saber defenderse es importante, de ahí que sea conveniente aprender movimientos básicos de defensa personal. Sin embargo, la actitud también es importante y está demostrado que aquellas personas que aparentan seguridad en sí mismas resultan menos vulnerables y son menos propensas a sufrir ataques. Conocer estas técnicas te ayudará a incrementar esa confianza en ti.
Aumento de la capacidad de reacción
El hecho de que un ataque nos pille por sorpresa hace que suframos un bloqueo y no sepamos cómo reaccionar. Además, en el caso de las mujeres, la indefensión aprendida incrementa la vulnerabilidad. La defensa personal permite aprender la capacidad para saber reaccionar en situaciones de emergencia, pero también para tomar decisiones bajo estrés o presión.
Identificación de situaciones de riesgo
Aunque siempre nos pueden pillar por sorpresa, si nos mantenemos prestando atención a lo que sucede a nuestro alrededor, hay una probabilidad alta de que identifiquemos un riesgo potencial. Por ejemplo, alguien que nos sigue u observa en la distancia. Estar alerta contribuye a mantenernos a salvo.
Aprender técnicas para neutralizar posibles agresores
Si el conflicto se ve venir, la defensa personal también enseña comunicación y persuasión para evitarlo. En última instancia, se utilizarán las técnicas para neutralizar al agresor y escapar.
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