Las artes marciales han sido parte integral de diferentes culturas de todo el mundo durante siglos. Más allá de ser simplemente formas de defensa personal, estas disciplinas han evolucionado para convertirse en un arte complejo que combina habilidades físicas, mentales y espirituales. Hoy en día, la admiración por ellas en Occidente sigue presente, aunque para aquellas personas con menos conocimientos, la presencia de los combates les puede resultar violenta. En este artículo, te contamos cuál es la finalidad de estos.
¿En qué consisten las artes marciales?
Las artes marciales son disciplinas cuyo origen lo podemos encontrar en varios países, como Japón, China o Tailandia. Practicadas durante siglos, han ido evolucionando para dar lugar a otras nuevas o incluso para fusionarse.
Si bien se trata de aprender técnicas y movimientos para defenderse físicamente, los principios de las artes marciales incluyen la no violencia, el equilibrio o la no resistencia. Estos pueden traducirse como el conocimiento de habilidades que permitan la cooperación antes de pasar a la acción, la estabilidad mental y emocional para no reaccionar con impulsividad o la aceptación de que siempre es posible aprender y que debemos fluir con el proceso.
Sin embargo, como cualquier actividad física, aprender solo la parte teórica no permite adquirir los conocimientos adecuados. Hay que tener en cuenta que, si bien hemos dicho que el objetivo de las artes marciales es aprender a defenderse y no la aplicación de violencia, es necesario saber cómo realizar los movimientos y técnicas pertinentes. Es aquí cuando entra en juego el combate.
¿Para qué sirven los combates en las artes marciales?
Mejora del estado y la forma física
En los combates es cuando ponemos a prueba nuestra resistencia y agilidad. Dado que estos pueden tener duraciones diferentes y que las habilidades del contrincante también varían de una persona a otra, suponen un reto a nuestra forma física.
Perfeccionamiento de las técnicas aprendidas
Como indicamos, aprender a soltarse de un agarre o a inmovilizar a un oponente es algo que se aprende a base de repetir una y otra vez. En los combates es cuando se desgranan los movimientos para realizarlos correctamente.
Convergencia en el enfrentamiento
Cualquier encuentro entre dos partes se nos presenta como un conflicto. Pero esto no siempre tiene que ser así. En los combates de las artes marciales, se busca un punto de convergencia. Es decir, que las dos partes implicadas en el enfrentamiento están cooperando para desarrollar nuevas técnicas.
Ayudar al oponente a mejorar
En este entorno, no solo se demuestra lo que se ha aprendido, sino que también se ayuda a la otra parte a mejorar. Dado que el respeto siempre está presente en estas disciplinas, el objetivo de vencer puede dejarse a un lado, para contribuir activamente en el desarrollo de habilidades mutuas y en el autoconocimiento.
Como puedes comprobar, las artes marciales son mucho más complejas de lo que puede parecer. Y además de una parte física, también se desarrollan habilidades mentales. Si quieres aprender más, ven a una clase de prueba en Warriors Barcelona. Trabajamos diferentes disciplinas adaptadas a distintos niveles y edades. ¡Ven a conocernos!