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El bullying escolar, o acoso, es una forma de maltrato que puede ser tanto psicológico como verbal, físico o social, y que se produce entre estudiantes. De no intervenir ante esta situación, las secuelas psicológicas pueden llegar a ser muy graves. Hoy te contamos cómo se puede detectar y qué herramientas son útiles para frenarlo. 

¿Por qué se produce el bullying escolar?

Los tiempos cambian, pero la forma en que nos comportamos como sociedad no parece hacerlo tanto. El bullying escolar no es algo nuevo, aunque en la actualidad, gracias a la tecnología, sí que se ha visto agravado. 

El acoso ya no termina el salir de clase, sino que tiene lugar las 24 horas del día en las redes sociales. Si nos vamos a las estadísticas, el 80% de las jóvenes entre 16 y 24 años ha sufrido acoso en dicho entorno. Pero estos no son los datos más desoladores: alrededor de 200 mil jóvenes entre 14 y 28 años se quitan la vida por esta razón, con unas cifras de víctimas de acoso que alcanzan los 24 millones en la Unión Europea. Nuestro país figura entre los cinco en los que más casos se dan. 

Las causas son diversas y no siempre están claras. Orientación sexual, personalidad, raza o etnia, clase social, discapacidad o religión, entre otras. Para detectarlo, hay que prestar atención al comportamiento de los menores o jóvenes, puesto que pueden comenzar a aislarse; descender el rendimiento escolar; mostrarse a la defensiva; padecer ansiedad, depresión o estrés; desinterés por la escuela y otras actividades; hacer dibujos violentos o autolesionarse. Además de informar a las familias y al profesorado, se debe intervenir para frenar esta situación. 

¿Cómo ayudar a los menores ante el acoso escolar?

El debate sobre cuál es la respuesta adecuada ante el bullying escolar es largo y tendido. Por un lado, encontramos a los políticamente correctos que consideran que responder con violencia nunca es buena solución, y por otro, quienes afirman que si se usa esta para atacar, también hay que usarla como defensa legítima.

Si bien esta última es un derecho, de lo que se trata es de enseñar a niños y niñas herramientas para afrontar el acoso. Por ejemplo, trabajar su autoestima para que no duden de sí mismos; ser asertivos para alzar la voz ante el bullying o aprender a marcar límites consigo y con los demás.

Sin embargo, no solo bastan herramientas psicosociales, sino que otras, como las artes marciales, también contribuirán a que los y las menores mejoren la confianza en sí mismos y se sientan con capacidad para hacer frente a una agresión. 

Lejos de incitar la violencia, las artes marciales enseñan autocontrol y respeto. Por ello, no solo son interesantes si creemos que nuestro hijo o hija es víctima, sino también de cara a prevenir que estos se conviertan en acosadores.

En los entrenamientos, se aprenden técnicas para disuadir al oponente y evitar el conflicto, así como movimientos para liberarse de aquel, tanto si tiene un tamaño similar como si es superior en altura o fuerza. Por lo tanto, ante un escenario inevitable, se dispondrá de recursos para defenderse, que a su vez contribuye en que se sientan menos vulnerables. 

En Warriors Barcelona nos tomamos muy en serio el bullying escolar, y además de enseñar artes marciales y defensa personal, inculcamos valores como el respeto y el autocontrol. ¡Prueba nuestras clases de prueba!